sábado, junio 01, 2013

resignación

Al olmo pedirle sámara, que es el fruto que dan los olmos. Y listo.
Resignarse de un vez a que nos dé otra cosa, los buenos días, las gracias, la bienvenida.
Al olmo pedirle sámara y darnos por satisfechos.
Morirnos de aburrimiento (y de tristeza), eso sí, pero al menos no amanecer ya más con ilusión de peras y de fresas ni de maracuyás.
Al olmo pedirle sámaras y que pase la vida, como si no pasara nada.