miércoles, octubre 29, 2008

abstinencia

Con el paso de los días
el recuerdo del color de tus ojos se desdibuja
como si todo fuera otra vez un sueño.

La escasa dosis de ti
con la que debo conformarme
se disuelve en mi sangre
mezclada con la ansiedad,
la memoria de tu olor o tu roce,
la pobre voluntad para pensar en otra cosa,
la urgencia o el temor de recuperar el norte
o el sur
o un rincón en el que no flote tu nombre.

Las horas sin tu antídoto transcurren lentas:
el insomnio blande mi cuerpo a su merced,
mi sed muere de hambre
(y viceversa).

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Como me gusta!!!!

22:10  

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