miércoles, diciembre 22, 2010

freudiana de más (antiguo)

el futuro me está mirando desde su cocina repleta de trastos. lleva puesto un enorme gorro de cocinero que, entre nosotros, no le queda muy bien y el delantal de cocina lo tiene todo manchado. las manchas hacen un dibujo parecido a esos test de psicoanálisis en los que uno debe mirar y mirarse para decir qué ve: una mariposa, un sapo aplastado en la carretera, dos personas besándose. supongo que en este caso, yo debería adivinar allí lo que me espera, mientras el futuro mete en una olla enorme objetos y frases y condimentos varios para prepararme el plato que me tocará comerme en unos años (o en unos días o mañana mismo, quién sabe).
mi futuro no sé qué gusto tiene. ni qué olor. ni qué color. sé que si me acerco sigilosamente, mientras él está distraído mirando un libro de recetas, yo podría meter un dedo en una sartén y probar y decirle que no me gusta mucho el sabor que le está saliendo para el plato que llevará mi nombre.
sin embargo, en la puerta de la cocina de mi futuro hay un cartel escrito con mi letra, con los trozos de las palabras que he escrito a lo largo de toda mi vida, mis primeras palabras, mis palabras de cartas o de frases dichas a algún oído, que pone: prohibida la entrada a toda persona ajena al pasado.
es un juego, imagino, porque mi futuro tiene cara de pícaro y mientras cocina canta las canciones que han marcado mi vida. y mi futuro dice, cuando le da por ponerse filósofo, que no me dejará asomar mi nariz a sus ollas (que son las mías) hasta que no las meta bien hasta el fondo en las del pasado. hasta que no deshaga la grasa que se ha quedado pegada al fondo de muchos de los platos que me he comido, que he masticado sin cuestionarme, que no he digerido.
sin embargo el pasado no está en ninguna cocina. mi pasado no lleva gorro de cocinero, ni me canta canciones más que cuando llueve y se pone melancólico y le da por los tangos, o por algunas canciones un poco horteras pero muy tristes. mi pasado no tiene cara de pícaro, sino que tiene cara de desconfiado, de incrédulo.
mi pasado vive en el fondo de alguna parte de mi cuerpo. se la tengo alquilada a cambio de silencio y es por eso que mi futuro se enfada a veces y rompe platos en su cocina, salpica las paredes con salsa de tomate, arranca las hojas a los libros de recetas y se las come como si fueran canelones rellenos de incertidumbre. dice que está cansado de pensar qué cocinarme, como si fuera una madre harta de la rutina, que espera que le demos algún día la paz de una receta propuesta por nuestra propia boca.
lo miro y me sonrío y pienso que no será capaz de envenenarme el plato que tendré que comerme mañana. pero él se saca el gorro de cocinero, se rasca la cabeza como un matemático que no encuentra la fórmula de la felicidad y bosteza. sé que está cansado y que espera que le dé una patada en el culo a mi pasado, que lo extraiga de mí como un vómito y pueda digerir de una vez las cosas que se han atragando y que me tienen la barriga del alma llena, una digestión pesadísima que nunca se termina, que me deja tumbada en la cama del tiempo viendo pasar las nubes en el cielo.
supongo que cuando me meta una metafórica mano en la garganta y agarre por las patas de atrás al pasado, y lo arrastre hacia el aire y lo escupa en el suelo y lo mire a los ojos, el futuro me dejará entrar en la cocina a lavarle los platos y los trapos sucios que ahora se amontonan. y me dejará echarle sal a la ensalada que es mi vida y me prestará su gorro de cocinero y me dará un delantal limpio al que llenaré de manchas como si fuera un juego o un cuadro, que, cuando llegue el futuro (es decir hoy), no me dará miedo mirar, como ahora.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

El futuro no existe.
Tampoco el pasado, solo el "hoy y ahora", y por poco tiempo. Dentro de un momento será otro diferente. Lo bueno es que cada uno de ellos te encuentren en la cocina con pocos cacharros sin recoger y el mandil blanco.
Me gustó, está chulo.
Beso flaca

18:38  
Blogger samsa said...

hola flaca tú:

ya sé que el futuro no existe, pero me imagino que la autora (ejem) quería hablar de lo que uno puede construir mirando hacia ese minuto siguiente.
uy, suena todo a autoayuda esta semana. menos tu comentario.
beso. me alegra que te guste.

22:11  
Blogger samsa said...

digo: construir analizando el pasado (al menos un poco, ché), que tampoco existe (ya sé) más que como forma de aprendizaje o desaprendizaje.
glup.
me callo.
otro beso.

22:18  

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