martes, enero 28, 2014

tregua

- Buenos días.
- Buenos días.
- Venía a solicitar una tregua.
- No nos quedan muchas.
- ¿Cómo que no?
- Todo el mundo tiene su propia guerra.
- La mía es distinta.
- Usted es una egocéntrica.
- Traigo la bandera. Era blanca. Está hecha jirones. Vengo agitándola desde lejos y nadie me ve.
- No sea dramática que eso no puntúa.
- Se lo estoy rogando, déme una tregua, la primera que tenga, aunque sea esa fallada que veo ahí en la papelera.
- Esa no está fallada. Está atrincherada: es una tregua que no quiere rendirse.
- Por favor.
- No llorimiquée.
- Déme una tregua, aunque sea una tregua XS. La lavo y la extiendo empapada a ver si se estira. No puedo respirar por las noches. Y por el día sólo escucho música triste a ver si llorando se exorciza la pena.
- Uf, lo suyo no sé si se arregla con una tregua. ¿Se abrió al universo? ¿Se entregó a la vida? ¿Dejó abiertas las persianas por la noche?
(Silencio).
- ¿No tiene respuestas?
- No. Sólo tengo preguntas y ni siquiera sé hacérmelas todas. Me lío. Hay días que no sé en qué día vivo.
- Eso es una suerte. Tampoco tiene mucho sentido saber en qué día se vive.
- Eso es verdad.
- Lo importante es…
- Déme una tregua, por favor (implora).
- Venga, vale, llévese esta. Está usada pero dio buen resultado. Ajústesela en el cuello como una capa, alquile una bicicleta y déjese rodar calle abajo, que el viento le pegue en la cara, que se le enrede en el pelo la primavera.
- Es bonita (suspira). Es suave.
- Es una tregua. Algunas raspan, pero esta es perfecta. Que la disfrute.
Firme aquí. En siete días nos la trae de vuelta, así que que le cunda.
- Gracias.

2 Comments:

Blogger Ana Jimena Sánchez said...

jajaja me encantó!

20:36  
Blogger samsa said...

Merci y requetemerci!

beso!

12:13  

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