miércoles, agosto 30, 2006

la ola

Cuando la ola me envolvió con su saliva arenosa, mi cuerpo se venció dejándose llevar.
No tenía opción tampoco: es imposible resistirse al mar cuando decide hacer de ti un títere vacío.
Durante unos segundos imposibles de rebobinar yo flameaba bajo el agua como una toalla mojada. Y el mundo era un recuerdo reseco, agitado y confuso dentro de mi cabeza de brújula mareada.

2 Comments:

Blogger makkkafu said...

El mar es más bonito cuando hay grandes olas, más entretenido ya que puedes saltarlas o traspasarlas, en las vacaciones estuve en una playa con grandes olas y me divertí mucho, con algún que otro rato de apuro cuando después del revoltijo que se forma tras la ola los pies no tocan fondo.

(*_*)

C.A. Makkkafu

11:47  
Blogger samsa said...

lo mío más que apuro fue bochorno y pelea desigual: la ola hizo y deshizo a su antojo lo que quiso, hasta que se aburrió de mi pobre y humillado esqueleto...
ay, el mar...

23:59  

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