sábado, noviembre 04, 2006

Argentina for ever

El bebé desnutrido movía los brazos como pidiendo auxilio. De su boca siempre vacía no salía ni un sonido: hasta eso había perdido. En su lugar, la mueca del llanto.
Los brazos y las piernas, palitos de madera quebradiza. La piel, una metáfora. En los ojos el miedo (o la verdad), instalado para ya no irse nunca.
El bebé morirá o estará condenado para siempre a una vida fuera de esta burbuja. Dentro de la burbuja, el primer mundo celebra sus supuestos triunfos y los culpables del saqueo, del hambre, sonríen como si no tuvieran ojos ni conciencia, embutidos en trajes que brillan a la luz de los focos.
Al apoyar la cabeza en la almohada pueden cerrar lo que hay detrás de la mirada y dormirse. No ven al niño, su esqueleto harapiento. Y mucho menos ven lo que el niño lleno de huesos secos representa.

1 Comments:

Blogger makkkafu said...

Yo creo que sí lo ven, lo que ocurre que es más fácil cerrar los ojos al horror que intentar corregirlo, menos mal que hay personas sensibles que sí se dan cuenta de ello e intentan, en medida a sus posibilidades ayudar un poquito.

Un besote.

C.A. Makkkafu.

08:29  

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