viernes, diciembre 12, 2008

Curación

Para una curación de emergencia, se procederá, cada día, a coger una mariposa de las que revolotean en tu estómago y a cortarle las alas con una tijera oxidada. Luego, se la devolverá al conjunto de mariposas. Si el día está gris, pueden cogerse incluso dos mariposas, pero no más, porque podría producirse un shock.

Si habiéndole cortado todas las alas a todas las mariposas (el tiempo de trabajo dependerá de la cantidad de mariposas acumuladas durante cuatro meses), la curación no se produjera, el siguiente paso inevitable será provocar el vómito:

En un vaso de fiesta ibicenca se colocarán a partes iguales una dosis de su miedo (del de ella) y otra de tu prudencia (de la tuya). Bebiéndolo de un trago (sin hacerse preguntas ni recordar su beso), el efecto debería ser inmediato: un vómito de mariposas aturdidas y sin alas salpicando el suelo como un cuadro de Pollock.

El estómago se quedará triste como un nido vacío no se sabe por cuánto tiempo, y el corazón roto, con una cicatriz profunda por la que podría navegar un barco de Á.