casa de empeños
Llevé mi corazón empeñado en quererte a una casa de empeños. Mientras latía ahogado sobre el mostrador, la empleada lo miró con desgana. Esto no vale mucho- dijo.
Revolvió en un cajón de madera y sacó de él una postal antigua de una iglesia, en color sepia, estaba protegida por un plástico transparente. Al entregármela, como si quisiera explicar lo justo del pago, dijo: dicen que en esa iglesia ocurren milagros.
Yo cogí la postal, la guardé en mi bolsillo y salí del local sin mirar hacia atrás, para no ver cómo la empleada guardaba mi corazón en una caja, cómo la sellaba con cinta adhesiva, cómo colocaba la caja en un estante, entre libros antiguos y collares de perlas falsos.
Revolvió en un cajón de madera y sacó de él una postal antigua de una iglesia, en color sepia, estaba protegida por un plástico transparente. Al entregármela, como si quisiera explicar lo justo del pago, dijo: dicen que en esa iglesia ocurren milagros.
Yo cogí la postal, la guardé en mi bolsillo y salí del local sin mirar hacia atrás, para no ver cómo la empleada guardaba mi corazón en una caja, cómo la sellaba con cinta adhesiva, cómo colocaba la caja en un estante, entre libros antiguos y collares de perlas falsos.
4 Comments:
Tienes que pasar por la casa de empeño y sacar de ahí tú corazón, ese no es sitio para él. Quizá necesite una breve estancia en un "taller de reparación" para que esté listo de nuevo y disfrutar de la luz y de los colores de la vida.
besitos. diego
gracias, diego. besos para ti, también.
quizá sea un corazón wireless y cuando fuiste a la iglesia ocurrió un milagro y te fue devuelto libre de empeños varios.
apneica:
en este cruce de blogs, gracias a tu visita, voy descubriendo el tuyo, tu espacio (interesante) de respiraciones contenidas. seguiré echando vistazos.
un saludo.
samsa
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