deseo III
La noche no dio tregua
y el látigo no cesa
refulge
agita
despierta.
El placer,
relámpago invisible,
es tan intenso,
como el dolor de la piel
en la distancia.
y el látigo no cesa
refulge
agita
despierta.
El placer,
relámpago invisible,
es tan intenso,
como el dolor de la piel
en la distancia.
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