martes, enero 20, 2009

quedarse

Mirarte irte queriendo que te quedes,
las palabras guardadas haciendo un remolino
alrededor del cuerpo deshojado de escudos.

Tanto para decir
y sin embargo
no tengo voz
tengo tan sólo
el proyecto sin fechas de ver pasar el tiempo.

Pequeños pasos
huellas sobre la acera del silencio,
de fondo tu mirada
dentro de la que entro
para exorcizar la tristeza
o el miedo.

Déjame estar,
asomar la nariz pantocrática,
rozarte
en un abrazo lento,
perderme en tu perfume,
pedirte que te quedes
y que todo sea fácil

transparente

ligero

como (otra vez) la nieve
revolviendo el aire de la tarde,
creando este deshielo
en el que floto,
en el que viéndote marchar
suspiro
tiemblo.