miércoles, abril 23, 2008

arrojo

en el medio de uno de tus ensayadísimos saltos
descubres
que han quitado la red
del centro de la pista
y tú en el aire, ahora,
dudas entre volver a aferrarte al trapecio

(volver a tu adormecedor
vaivén eterno
entre lo incierto y lo seguro,
como si no fueran lo mismo)

o dejarte caer
y romperte.

allí abajo
te espera lo impreciso
de tu propia cara
frente a un nuevo espejo
y un idioma
que con las mismas palabras
nombra cosa distintas.